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Importancia del orden y la organización: establecer horarios para comer

Para que tu familia lleve a cabo una alimentación saludable, el desafío se encuentra en incorporar variedad de alimentos en una cantidad acorde a las necesidades nutricionales de cada uno.

Estos aspectos es aconsejable charlarlos con un Nutricionista que te ayude a pensar estrategias para incorporar todos los grupos alimentarios y adecuar el tamaño de las porciones. Del mismo modo, también es relevante prestar atención a los horarios de las comidas, ya que estos permiten mantener un orden en las ingestas diarias realizándolas en al menos 4 momentos: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Comer fuera de horario puede predisponer al salteo de comidas, los picoteos o las grandes comilonas.

Pensando algunos ejemplos, cuando nos levantamos muy tarde y se dificulta realizar un desayuno, nos encontramos frente a un inconveniente: perdemos la oportunidad de consumir nutrientes específicos de esta primer comida del día. Además, arrancar el día tarde aumenta las chances de caer en el picoteo ya que es difícil establecer si es conveniente desayunar o almorzar. Otro momento en el que puede aparecer el picoteo es por la madrugada en aquellos que se van a dormir tarde, dado que queda un lapso de tiempo prolongado entre la cena y la hora del sueño.

En cuanto a los componentes de nuestras comidas, la voluntad de comer saludable es clave; sin embargo, esta motivación puede fluctuar con el correr de los días. Es por ello que será fundamental tener de aliadas a las alacenas y heladeras en la meta familiar de realizar comidas nutritivas. ¿Cómo logramos esto? Planificando!.

La planificación empieza en el súper, o mejor dicho antes de ir al súper (y por qué no compra virtual con entrega en domicilio? Un poquito menos de tentación que tener los productos adelante del alcance de mi mano!!).

En cualquiera de los casos es importante armar listas de compras que nos orienten en lo que necesitamos. Las mismas deberán incluir: lácteos descremados (leche, quesos y/o yogures), verduras y frutas frescas, legumbres (lentejas, porotos, garbanzos, soja), carnes (de vaca, cerdo, pollo y/o pescado), huevos y cereales (arroz, trigo, avena). Si contamos con estos grupos de alimentos, las decisiones favorables se verán facilitadas. En el caso contario, cuando tengamos la casa llena de galletitas, golosinas y snacks, será muy probable que el día que tengamos poca fuerza de voluntad, nos tentemos y optemos por estos productos alimentarios.

Con lo cual, es importante empezar a poner la lupa en los horarios de las comidas y en cómo se encuentran compuestas nuestras alacenas y heladeras para poder establecer una alimentación saludable.

15 de mayo, 2020