Colaborar entre todos en casa.
El tiempo en casa suele invertirse en charlas, juegos y otras actividades familiares que refuerzan los
vínculos. También, en el transcurso del día podemos colaborar entre todos con las tareas domésticas,
haciéndolas más leves y evitando que uno solo se sobrecargue. Estas tareas incluyen desde ayudar con
la limpieza del hogar, lo cual tiene el plus de mantenernos activos y en movimiento; hasta dar una mano
en la cocina, lo cual permite compartir más momentos con los chicos.
Incorporar a nuestros hijos en la preparación de las comidas tiene efectos positivos para ellos, por un
lado se destaca un aspecto lúdico y por el otro constituye una forma de aprendizaje, ya que la
transmisión y enseñanza de recetas favorece la recuperación de saberes culinarios que con frecuencia la
nueva generación del delivery deja de lado. A su vez, combinar e incluir alimentos saludables y
novedosos para los niños, tales como verduras o distintos tipos de legumbres (soja, porotos, garbanzos)
puede ayudar a que se familiaricen con ellos, tengan mayor aceptación y aumenten las chances de que
se ingieran en las comidas. Del mismo modo, realizar preparaciones con frutas o el simple hecho de
sentarse en familia a comerlas como postre, repercute positivamente en la generación de hábitos
alimentarios saludables.
Otro aspecto relevante relacionado con las tareas del hogar es la realización de las compras; y para ello
es importantísimo tomarse el tiempo de planificar previamente lo que se va a comprar. El armado de
listas de súper, facilita llevar a cabo y mantener una alimentación saludable. Esto se debe a que la fuerza
de voluntad, que uno tiene para cuidar su alimentación, no siempre está presente, y a veces, puede
flaquear, lo cual es normal. En esos momentos, es clave tener en casa heladeras y alacenas saludables
que nos ayuden a tomar decisiones asertivas con respecto a nuestra alimentación. Caso contrario,
cuando en casa haya elevada cantidad de golosinas, galletitas y snacks, es posible que caigamos con
frecuencia en la tentación de comer estos productos de manera desproporcionada.
Retomando la idea de planificar las compras, esta es una linda actividad para realizar con los chicos y
hacerlos partícipes. Algunos de los alimentos que es fundamental agregar en la lista son verduras, frutas,
carnes (pollo, pescado, vaca y cerdo), lácteos descremados (leche, queso, yogurt) y legumbres (soja,
porotos, garbanzos). Reflexionar en familia sobre la importancia de incluir estos alimentos a diario
también forma parte de un aprendizaje que posiblemente perdure en el tiempo y los niños conserven en
su vida adulta.